Tres cosas que nos vuelven improductivos en el trabajo
06.04.2021
- Emprendimiento
¿Cómo te sentiste después de una jornada laboral en la que no pudiste lograr los objetivos que te trazaste? Seguro que te desgastaste física, mental y emocionalmente porque tuviste un día improductivo. Esto puede pasar alguna vez, pero, si se convierte en algo común en tu desempeño laboral, te afectará. Si tienes una baja productividad, es importante que hagas lo posible por revertirla.
Ivette de Jacobis, experta en resultados con Bienestar Personal, publicó en el portal Entrepreneur tres actividades que practicamos y que nos vuelven improductivos:
Estar pendientes del correo electrónico
A pesar de formar parte del trabajo, atender los correos electrónicos quitan al menos la tercera parte del día, según un estudio de McKinsey. Esta herramienta de comunicación escrita tiene que hacerte más productivo, no lo contrario. Por ello, debes establecer una campaña "antimailitis". ¿En qué consiste? Es muy sencillo: si lo que vas a comunicar supera las cinco líneas, mejor hazlo por teléfono o en persona. El mail solo debe usarse para enviar documentos adjuntos o confirmar acuerdos.
Ser desorganizados
Aprende a ser organizado. Si tienes una agenda, será más fácil cumplir con tus horarios y límites de tiempo. En ella, anotarás esas actividades que no puedes postergar, así establecerás prioridades que sí o sí deberás cumplir y actividades secundarias. Si estas actividades implican a otras personas, hazles saber de cuántos minutos dispones para resolver esa tarea y envíales un recordatorio un día u horas antes. Es importante ser ordenado y disciplinado para poder cumplir con todo.
Decir sí a todo
Ser colaborador no es lo mismo que estar dispuesto a escuchar y ayudar a todos. Aprende a decir ‘no' cuando sea necesario, harás comprender a los demás que estás optimizando el tiempo para realizar las actividades que son importantes. Si eres la única persona que puede encargarse de algo, resuélvelas según prioridad. Si otra persona lo puede hacer, delega y hazle seguimiento. Si decimos que sí a todo, no solo nos cargamos de tareas sino también de emociones no tan positivas.
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